Desde Sobrón a Bozoo

Después de la excusión por la Rioja nos apetecía andar un poco. Una de las rutas que tenía pendiente desde hace años era ver desde lo alto las hoces del Ebro en el embalse de Sobrón.

Con la ruta descrita por Enrique del Rivero en su segundo libro de rutas por la provincia de Burgos  partimos desde donde se encontraba el antiguo balneario de Sobrón. Este fue demolido y en su lugar se encuentra una gran estructura metálica. Tras cruzar un curioso puente romántico vemos una de las fuentes que dieron origen al balneario protegida por una bonita reja modernista.

A partir de aquí vamos subiendo por un sendero bien marcado hasta alcanzar el borde de las hoces, con unas magnificas vistas que a nosotros nos impidió ver la niebla. En esta primera parte del recorrido abundan los madroños que a estas alturas del año muestran sus frutos maduros acompañados de las pequeñas flores que producirán los del año que viene.

Pasada esta zona se llega a un tramo vegetación muy espesa en el que las encinas apenas dejan pasar la luz y la alta humedad hace que el musgo lo cubra todo.

Poco a poco se van atravesando otros tramos en los que encontramos otras especies vegetales, como hayas, pinos de repoblación, quejigos,… Es de destacar la presencia de alcornoques, especie rara en la provincia de Burgos.

Dos imágenes de las hoces con niebla y como va despejandose

Como colofón, la corta ascensión al pico Recuenco  con sus 1070 metros de altura y las vistas de un montón de cimas, desde el cercano Humión, a la Sierra de la Demanda, La Sierra de Cantabria y por el Norte el Gorbea y muchos más.

La vuelta al coche después de casi siete horas andando y como remate de una buena jornada, viaje hasta Haro para visitar los bares de la calle Herradura.